Novena lámina del Tarot.

Descripción tomada de PN.Osuspensky.-

Después de errar por un largo camino en un desierto arenoso y árido, donde no había otro ser vivo que las serpientes, encontré a un Ermitaño.-

Estaba envuelto en una larga capa o manto negro, con una capucha sobre su cabeza, con una mano se apoyaba en un lago bastón y en la otra mano, bajo uno de los pliegos de su manto, llevaba una lámpara encendida, aún cuando era pleno día y el sol brillaba.-

Dijo el Ermitaño: “Buscaba al hombre, pero hace mucho tiempo que he abandonado su búsqueda. Ahora busco el tesoro escondido. ¿Queréis también buscarlo?

En primer término debes hacerte de una lámpara. Sin ella siempre estarás encontrando tesoros, pero tu oro se convertirá en polvo…”.-

Comentario: Tradicionalmente esta lámina está vinculada a las ideas de protección oculta, prudencia y sabiduría.-

Representa al filósofo, que replegado sobre sí mismo, aislado de las influencias exteriores y protegidas de las mismas por su manto, avanza eternamente por su camino, iluminado por la Luz  que saca de su oculta lámpara.-

Así es el “iniciado”, marcha únicamente por la Luz del Ideal, que en su interior brilla y que alimente reactivándola constantemente.-

Indica también esta lámina que el camino del filósofo O del sabio o servidor) es una permanente iniciación progresiva que se prolonga, es un ruta que es necesario avanzar constantemente porque el progreso no conoce reposo, ni existe época en que la evolución cese.-